Los montes Tatras están conformados por una sierra limítrofe entre los países de Polonia y Eslovaquia, perteneciente esta a los míticos Cárpatos. Gran parte del área está declarada reserva de la biosfera transfronteriza por la UNESCO desde el año 1993. Se incluyen en ella dos parques nacionales a ambos lados de la frontera, Tatrzański Park Narodowy en Polonia, Tatranský Národný Park en Eslovaquia.
Comenzamos nuestra visita a los Tatra (noviembre 2015) desde Zakopane, una pequeña ciudad puerta de entrada al parque nacional polaco. Anteriormente, de camino, hicimos noche en el tristemente famoso Oświęcim, llamado por los alemanes Auschwitz, pero esta es otra historia…
Los montes Tatra incluyen parte de la reserva de la biosfera transfronteriza por la UNESCO desde el año 1992
El primer día practicamos una travesía alpina de algo más de 21 km pasando por el lago Morskie Oko, el refugio de Dolina Pięciu (a los pies del pico Rysy), los lagos glaciares Przedni y Wielki, y ya anocheciendo (cosa que sucede sobre las 16h), transcurrió el descenso por la cascada Siklawa (la más grande de Polonia), y el río Roztoka que recorre el valle. Durante la caminata nos guiamos por el mapa y los rastros de otros montañeros, pero la continua nevada que cayó durante todo el día fue borrando paulatinamente la huella, lo cual dificultó enormemente mantenernos en la ruta bajo el manto de la noche.

Llegamos cansados y empapados al campamento que habíamos establecido la noche anterior en las faldas de los Tatra. La tienda se estableció en un protegido meandro del río Sucha Woda, rodeados por un denso bosque de coníferas, ligeramente elevados y amparados de la copiosa nevada. Al llegar, constatamos que la tienda había aguantado bien la nieve.
(Algunas escenas de nuestra estancia)
Al día siguiente, la nieve acumulada durante la noche, nos obligó a emplear raquetas para avanzar en el trayecto con soltura. Realizamos una travesía más contenida en distancia y desnivel, cubriendo una zona más boscosa. En la siguiente jornada decidimos desmontar el campamento base y trasladarlo al lado más occidental de los Tatra, entrando por Eslovaquia. Llegamos a la zona de visita con tiempo suficiente para llevar a cabo la ascensión planificada. Al bajarnos del coche, una rastro fresco y bien marcado de oso pardo nos dio la bienvenida (logramos seguirlo durante unos centenares de metros). También encontramos en el camino posibles rastros de lobos. En este sector no nos encontramos ni un alma, excepto unos ranger que hacían labores de mantenimiento, en el último día de nuestra estancia.

La fauna es difícil de observar. Además de especies protegidas como el oso pardo Ursus arctos y el lobo Canis lupus (de los que localizamos rastros frescos), se encuentran otras interesantes especies como el lince boreal Lynx lynx. Otros animales más fáciles de detectar son el venado Cervus elaphus, el corzo Capreolus capreolus o el jabalí Sus scrofa. En sus cumbres encontramos marmota alpina Marmota marmota, y la subespecie de rebeco del Tatra Rupicapra rupicapra tatrica (ver vídeo).
Establecimos el campamento en esta vertiente eslovaca sin subir mucho en altura (el tiempo estaba empeorando considerablemente) y aprovechamos un pequeño cobertizo de madera para resguardarnos durante la cena y desayuno.

Desde aquí hicimos un ataque a la divisoria entre ambos países, pasando por impresionantes paisajes de media montaña bien conservados y con gran cantidad de nieve. En la última jornada recorrimos un impresionante cañón y sus bosques con gran densidad de rastros de alce, después de una noche implacable que nos empapó parcialmente los sacos.
El último campamento se montó ya de regreso a Berlín, en la ciudad polaca de Wrocław, último bastión militar en la retirada de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Nos instalamos en un parque periurbano totalmente desierto, con cierta atmósfera gótica.

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