
Mientras se aproxima el avión, observamos la pista de aterrizaje llena de puntitos que se mueven en todas direcciones. A medida que nos aproximamos nos percatamos de que se trata de gente pasando de un lado a otro. En este instante el corazón te da un pequeño vuelco. Una vez que la aeronave está enfilada, con el tren desplegado y a varias centenas de metros sobre el suelo, el gentío se hace a un lado y deja espacio para tomar tierra. Aterrizamos sin problemas.
Estamos hablando del rústico aeropuerto de un pequeño país en extensión, pero grande en biodiversidad y estado de conservación: República Democrática de Santo Tomé y Príncipe. Este país africano es el de menor superficie del continente africano (seguido de cerca por Seychelles) y se encuentra situado en el Golfo de Guinea, prácticamente bajo la línea ecuatorial.
Se trata una antigua colonia portuguesa formada por varias islas, de las cuales Santo Tomé y Príncipe son las dos más grandes. Su población no supera los 195.000 habitantes, con una extensión de 1.000 km². Para muchos, no es más que una isla desconocida sobre el mapa.

Respetado por el turismo, que de momento lo ignora, Santo Tomé mantiene intactas sus costumbres y forma de hacer. La población, poco habituada a los occidentales, es amable y extremadamente tranquila. Todos son descendientes de emigrantes que llegaron a las islas desde 1485. El primer poblamiento exitoso (forzoso) se hizo con judíos sefardíes españoles por orden del rey Juan II de Portugal. Casi toda la población vive en la isla de Santo Tomé, el resto de las islas incluida Príncipe no suma más de 10.000 habitantes.

Sus gentes aprovechan los recursos de forma totalmente artesanal. Actualmente varios países, con multinacionales detrás, pretenden explotar los recursos industrialmente, por lo que cada vez es más frecuente la presencia de extranjeros en este pequeño estado.
La pesca local es de principalmente de autosuficiencia

La pesca local es de autosuficiencia o venta directa en la playa, embarcaderos o mercados, donde el pescado es expuesto y vendido a las pocas horas sin refrigeración y al sol. Hay 9.000 pescadores que están implicados directamente en las actividades de pesca artesanal y venta representando el 5,9 % de la población nacional y produciendo el 80 % de la proteína animal del país. Por otro lado indicar que existe pesca industrial en sus aguas, pero llevada a cabo por terceros países con licencia.

El archipiélago posee una gran área protegida, denominada Parque Natural d’Ôbo de São Tomé, cuyo punto más visible es el pico de Sao Tomé. Cubre cerca del 30% de la isla principal. Se encuentra formado por dos áreas, una situada en la isla de Sao Tomé de 235 mk2 y la otra en Príncipe, con 65 km2 (la mitad de esta pequeña isla). Debido a su insularidad y clima extremamente tropical alberga una interesantísima biodiversidad. La selva de Santo Tomé y Principe pertenece a una ecorregión de la ecozona afrotropical denominada selva de tierras bajas, definida por WWF, que cubre las islas del país, así como la de Annobón, perteneciente a Guinea Ecuatorial. Forma, junto con las ecorregiones de selva costera del Cross-Sanaga y Bioko y selva costera ecuatorial atlántica, la región denominada selva costera del Congo, incluida en la lista Global 200.
La fauna es espectacular, con un gran número de endemismos. Están catalogadas unas 29 especies endémicas de aves (ver foto abajo de Nectarinia newtonii y Alcedo cristata thomensis). Entre los escasos mamíferos indígenas hay tres especies endémicas: la musaraña de Santo Tomé (Crocidura thomensis) y dos murciélagos, Myonycteris brachycephala, el único mamífero con fórmula dental asimétrica, y Chaerephon tomensis, descubierto a finales del siglo XX. De las 24 especies de reptiles presentes, sólo 6 no son endémicas (resaltar el espectacular caecílido Schistometopum thomense, ver foto), y es posible que hayan sido introducidas por el hombre. Además, hay un gran número de endemismos en varios grupos de invertebrados, como los lepidópteros y los gasterópodos terrestres. Sin duda podemos considerarla con un punto caliente de biodiversidad en el planeta.
Los arrecifes rodean gran parte de la isla y son el hábitat principal de un número importante peces (Afonso et al. 1999).

Puede ser considerada un punto caliente de biodiversidad en el planeta
Muchas de los endemismos están amenazadas de extinción debido a sus pequeñas poblaciones y a la introducción de especies foráneas. La principal amenaza es la agricultura. Se estima que sólo quedan 240 km² de selva primaria en Santo Tomé, y 40 km² en Príncipe, aunque en grandes áreas se está regenerando selva secundaria. Esperemos que pequeños paraísos vírgenes como este permanezcan ocultos al desarrollo insostenible.

Sí Juan, la verdad es que es auténtico. Esperemos que se mantenga. Un abrazo!
Tremendo!! Una pasada las fotos de naturaleza, esperemos que sobrevivan a las actividades pesqueras de países con menos conciencia social y más conciencia económica.
Jóder Gonzalito qué envidia das!!!
Disfrútalo!!!
Abrazos
Jaime
Gracias Jaime por tus ánimos!! Un fuerte abrazo y a ver si nos vemos pronto!