El atolón de Mnemba y colobos rojos

Los territorios insulares representan únicamente el 3% de la superficie de la Tierra pero albergan un tercio de los puntos calientes de biodiversidad del planeta. Son ecosistemas terrestres aislados por el mar, que representa una barrera infranqueable para muchas especies, y presentan condiciones especiales de confinamiento para ellas. Esto los convierte en verdaderos laboratorios de la evolución y en muchas ocasiones presentan endemismos.

En muchas de las islas africanas podemos encontrar muchos endemismos en ecosistemas casi prístinos

Las islas africanas son un claro ejemplo de esto, donde la diversidad biológica alcanza niveles espectaculares. Aquellas de mayor magnitud quizás sean más conocidas por albergar importantes áreas vírgenes y curiosos endemismos; pero no podemos olvidar a las más pequeñas donde podemos encontrar ecosistemas excepcionalmente bien conservados, casi prístinos.

Un ejemplo de esto son la desconocida Sao Tomé o el archipiélago de las  Seychelles, de las que ya hemos hablado con anterioridad. En esta ocasión nos ocupamos del archipiélago de Zanzíbar (Tanzania), situado en el océano Índico.

La isla principal, conocida como Unguja, tiene un tamaño aproximado de 80 km de largo por 30 km de ancho. Es el único sitio del mundo donde habita el espectacular colobo rojo de Zanzíbar, Piliocolobus kirkii. Este simio también es conocido como colobo rojo de Kirk. La población de estos primates todavía sigue siendo reducida debido a que es endémica en exclusiva de esta región y los conservacionistas están intentando trabajar con el gobierno local para diseñar una estrategia efectiva y adecuada para proteger su hábitat. Existen menos de 2000 individuos en estado salvaje (Siex and Struhsaker, 2013). De ellos, una gran parte viven fuera de las zonas protegidas. Alrededor de unos 500 ejemplares habitan en la mayor y más importante zona de protección para el colobo rojo, el parque nacional Jozani Chwaka Bay, que conserva los restos del bosque primigenio que tapizaba Zanzíbar.

El archipiélago además de estar formado por la isla principal está rodeado de multitud de islas e islotes. Uno de los más espectaculares es el atolón Mnemba (aunque realmente no es un atolón). Se trata de una isla (de propiedad privada) rodeada por un importante arrecife oceánico que la hace realmente espectacular. Se encuentra incluida en un área de conservación marina debido a su riqueza biológica. Una parte del parque, llamada el “house reef” (arrecife de escasa profundidad), ha sido recientemente declarada “intocable”, a fin de asegurar la recuperación y el buen estado de los arrecifes coralinos. En este área de conservación desova la tortuga verde Chelonia mydas, de la cual se lleva un programa de seguimiento desde 1996; se pueden observar hasta 600 especies de peces incluyendo el tiburón ballena, Rhincodon typus; alberga tres especies de delfines, además de poderse observar ballenas yubartas, Megaptera novaeangliae, en su inmediaciones de julio a septiembre; y constituye un área importante para aves marinas tanto residentes como en paso.

Entre los invertebrados existentes en el archipiélago tuvimos la oportunidad de filmar varios ejemplares de una especie que hasta los lugareños tildaban de muy rara y espectacular, Synapta maculata (snake sea cucumber):

Las islas son ecosistemas muy frágiles, que se han visto alterados por la presencia humana. Cerca de la mitad de las especies extintas en los últimos 400 años en todo el planeta eran endémicas de islas, lo que pone de relieve la importancia de estos territorios para la conservación de la naturaleza y su biodiversidad.

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